Mónica Albisu nos trae una muestra de su producción artística, la cual nos llena de satisfacción, al encontrarnos con nuevos senderos temáticos, nuevas exploraciones cromáticas y formales, en la activa carrera de esta artista plástica. Se trata de una colección de trabajos que trascienden todo etiquetamiento o delimitación para convertirse en un profundo viaje a la interioridad de la autora, a su propia subjetividad como mujer que produce y crea en este plano de la historia y del país.
La intensidad y compromiso puesto en cada obra son parte ya de su identidad como creadora, los riesgos que toma se justifican en cada color, en cada apuesta a un nuevo lenguaje que la lleva un paso más allá del convencimiento y de las ataduras impuestas por los estilos, que no dejan de ser envases vacíos. Los colores, vivos y vibrantes hablan en voz alta de una pertenencia a una innegable tradición americana que, como la madre tierra, la pachamanca, al mismo tiempo que nos da la vida nos recuerda hacia dónde vamos. Ese es el mensaje latente en las obras de Mónica, un rumbo elegido y un camino echado a andar, con los riesgos y peligros que esto entraña, pero con la libertad de quien escoge ese destino entreviendo la verdad

Oscar Smoljan, director del MNBA de Neuquén

Existen diferentes sensaciones al bajar de un avión. Por ejemplo, caminar por el aeropuerto y encontrar que una sucesión de formas y colores te reciben, aún antes que las personas, como un buen augurio para la futura estadía. Esto me ocurrió con las obras de Mónica Albisu expuestas en el aeropuerto de la Ciudad de Córdoba. La exposición irradiaba una energía que invitaba naturalmente a su contemplación. Las formas y los colores que se sucedían partían de una personalidad que incitaba a descifrar el misterio de su contenido, dejando de lado, naturalmente la monotonía de la publicidad shopinesca.
En “Elige tu camino”, obra aquí reproducida, la forma se contrae y dilata en diferentes instantes de su recorrido visual, como un mapa con caninos de senderos que se bifurcan. Allí aparecen momentos agrupados de tensión y otros instantes relajados de expansión. En “Cuando quiero ser como tú”, las formas inorgánicas se extienden por todos los sectores de la composición.
La imagen comunica esencias superar la oscuridad que se presenta en el registro inferior y ascender la luz. Como el vuelo de un avión la pintura da la oportunidad de cambiar de horizonte con la posibilidad de encontrar nuevos sentimientos en el camino de la vida.

Julio Sapollnik. Crítico de Arte