Corazón de Mujer

Nunca se preguntarán cómo la emoción puede ser una fuerza omnipresente e inmaterial que ofrece en cada aliento la vida, incluso cuando el alma se halla tan enojada, la conciencia entre hilos de luz, los sentidos y el corazón regidos en cada jugada por el capricho y la ilusión, provocando reacciones esenciales de dolor o elevadas hacia la felicidad, dependiendo de si está riendo o llorando.

Muchos estarán de acuerdo en decir que la emoción es más viva, más aguda y que en algunos artistas gobernados por la creatividad, especialmente entre aquellos que se dedican a expresarla a través de sus obras que caen sobre el lienzo como el suave y colorido repeluzno de inspirada mano; para algunos es una sentencia, pero para Rachelle Scott la emoción deja flotando en el aire una pregunta más inquietante, y en ese trazo emocional siempre interrogativo e intuitivo habrá un ramillete de colores atados a su intensa respuesta.

Rachelle Scott es una artista que prefiere en sus creaciones, un profundo sentimiento de trascendencia y serenidad sin buscar la forma.

No es figurativa, pero impresiona por su manera de irradiar la imagen tomando con un pincel el borde de la imaginación y con el otro, una ruta plena de esencias y ricos colores. Donde esperamos formas familiares hallamos sugerencias que nos emocionan por impregnarse en las pupilas de nuestra alma.

Sentimos en su paleta intensos resplandores y cuando logramos interpretar el lado racional, celebramos su sensibilidad como la profunda cualidad de un ser que asume, poder y belleza, empuñados con la humilde generosidad de alguien que brinda luz humedecida con esperanza y color.

Rachelle Scott nos hace ver la inmensidad del océano en una gota de rocío; el firmamento en una blanca línea, iluminado por un pétalo o la sencilla flor doblada por el peso de la tierna caricia del pincel; si hallamos un dolor profundo es por sus colores fuertes y oscuros, si una alegría comunicativa, por sus colores claros y vibrantes.

Si se escribe un verso, ella nos lleva al umbral de los sentidos, si llegamos a la frontera de la poesía, ella traza un esquema de color, su mirada introvertida nos lleva a un territorio apacible e inmenso del tamaño de su tierno corazón.

DHHP